Equipo humano con el que ha contado LA CASA GRANDE

Hoy en día el tractorista es a la Cooperativa como la Cooperativa es al campo, viniendo a ser el medio  que con su brillante quehacer diario trata de dar vida a nuestros campos.

Trabajadores

Al momento de la puesta en marcha de la Cooperativa se acude a la mano de obra disponible para sacar adelante sus cosechas, contando a su vez con la colaboración de algunos socios.

En una siguiente etapa trabajan fijos Antonio, Modesto y José María que termina con la entrada en 1970 de Ángel Gallego como Mayoral.

Siguen colaborando a tiempo parcial como trabajadores, los Hnos. Cantarero que a su vez son socios de la Cooperativa.
A partir de este momento la plantilla queda más o menos estabilizada y sus movimientos futuros van cambiando según aumentan las necesidades de trabajo.

En una etapa posterior entra en la Cooperativa José Ángel, hijo del mayoral y que posteriormente pasa a ejercer las funciones de dicho cargo al momento de la jubilación de su padre.

En 1983 con el ingreso de 400 hectáreas de una vez, la plantilla ha de reajustarse y se completa con los tractoristas Manolo, Jesús, Jose Luis, Rufino y Valentín.

Esto nos lleva a la actual plantilla estabilizada de cuatro tractoristas fijos y un mayoral, con apoyos temporales para determinados trabajos o bien para cubrir bajas por incapacidades temporales.
A su vez seguimos contando con al antiguo mayoral Ángel Gallego como asesor técnico.

Tenemos pues una plantilla de trabajadores jóvenes, que quiere al campo y siempre dispuesta a dar todo lo mejor que llevan dentro en su quehacer diario, sintiéndose comprometidos con los objetivos marcados para cada momento.

Directivos

A quienes vinieron a dar vida a la Cooperativa, sus socios, ésta siempre ha tratado de devolverles un futuro de progreso, unos mayores rendimientos de sus tierras, pero también les ha pedido que se ocupen de su gobierno.

En páginas anteriores quedaban reseñados los momentos que tres mujeres y doce hombres, con criterios firmes dieron históricos pasos en el pueblo de Saelices, para crear la LEYENDA que correspondiente a la cooperativa de explotación comunitaria de la tierra SANTÍSIMO CRISTO DEL AMPARO, ejemplo de admiración en aquellos tiempos y aún más en los actuales, pues seguimos siendo una de las muy pocas cooperativas, quizá la única, que se asientan sobre la piel de toro de nuestra querida España con este tipo de funcionamiento.

Presidentes

El primer Presidente que tuvo la Cooperativa fue Julián Huelamo Sánchez, que durante diez años deja una huella imborrable por su buen hacer y un perfil humano de buena persona llena de comprensión y cariño para todos.

Le sustituye en el cargo, en 1974, Santos Herrero García, hombre que también conocía sobradamente el campo y sus peculiaridades, con una vocación desmedida de darlo todo por los demás y con una calidad humana ejemplar.

Sus conocimientos de mecánica reportan un importante valor añadido a su función y son muchas las veces que gracias a sus intervenciones directas, se dan soluciones a problemas mecánicos de cierta complejidad, dado que los tractores en aquellos primeros tiempos eran reparados, como ha quedado dicho en páginas anteriores, en el taller mecánico de Luis Mayoral de Saelices.

En la Asamblea General de 1980, se nombra nuevo Presidente de la Cooperativa a Primitivo Moya Sanz, que venía ejerciendo el cargo de Secretario de la misma.

El nuevo Presidente asume el cargo con verdaderas ganas de trabajar y con una comprensión encomiable, vigila el buen funcionamiento de todos los resortes de la Cooperativa, y sus valores humanos son sumamente ejemplares, a lo que contribuye en cierta medida el ejercicio de su profesión de director del Centro Escolar en el pueblo desde hace tiempo.

Su mandato acaba en la Asamblea General de 1997 en la que es nombrado Presidente Fernando Martínez Bello, hombre que muestra muy buena disposición al momento de asumir el cargo, pero que lo ejerce de manera muy efímera, pues a los cinco meses presenta su baja, por razones personales.

En 1998 se nombra Presidente a José Herrero Martínez, hijo de Santos Herrero, quien comienza su andadura con gran ilusión y juventud atendiendo de forma eficaz todos sus compromisos, pese a tener su residencia habitual en Madrid.

Su condición humana facilita el trato con todos sin que nunca muestre un mal gesto.

Siempre se le encuentra en el sitio que debe estar, con toda puntualidad y sin regatear esfuerzos ni sacrificios, como muestra de la buena enseñanza que su padre le inculcó, sobre todo en el conocimiento de los asuntos de maquinaria.

Por cese en el cargo del anterior presidente, en la Asamblea General de 19 de octubre de 2019 y mediante votación con unánime resultado, es nombrado nuevo Presidente de la Cooperativa Santísimo Cristo del Amparo Pablo Rubio Jiménez, el cual, como vicepresidente, ya había venido ejerciendo con anterioridad en varias ocasiones el cargo de presidente en funciones.

Desde el momento de su incorporación al Consejo Rector, el nuevo Presidente viene a poner de manifiesto su gran involucración en la defensa de los intereses de la Cooperativa, a pormenorizar en la formar de hacer las cosas, decisiones a tomar, así como impulsar nuevas líneas a seguir para alcanzar un futuro económico e institucional más firme para la misma.

Sin duda que esas cualidades se verán aún más acrecentadas desde el nuevo cargo, lo que dará lugar a una continua renovación de sus mandatos al igual que venía sucediendo con presidentes anteriores.

Secretarios

Referente a los cargos de Secretario de la Cooperativa, los cambios que se han producido han sido pocos.
Comienza ejerciéndolo en funciones Antonio Cervantes Muñoz, que a su vez era el Secretario de la Hermandad de Labradores y Ganaderos de Saelices.

En 1973 se nombra el primer Secretario oficial a Primitivo Moya Sanz que ejerce el cargo hasta 1.980, que se nombra Secretario a Emilio Quejigo Garrido que en la actualidad, pasados 39 años en sucesivas renovaciones, sigue ejerciéndolo.
Sus mandatos han sido coincidentes con el mandato de cuatro presidentes, lo que le ha permitido adquirir ciertas tablas en el oficio y conocer todas las vicisitudes por las que ha pasado la Cooperativa, en mayor o menor grado y con mayor o menor acierto, pero siempre tratando de no dejar para mañana lo que se pueda hacer hoy.

Su apuesta siempre ha sido por avanzar y avanzar en continuo progreso, huir de cualquier tipo de inmovilismo y siempre dando prioridad a la defensa de los intereses de la Cooperativa.
Desde su cargo Secretario intervino activamente en la redacción y cambio en tres ocasiones de Estatutos.

La primera vez para adaptarlos a la nueva Ley de Cooperativas de Castilla-La Mancha y las otras dos para asumir mejor los cambiantes designios de la política de la PAC, conducida desde Bruselas por caminos cada vez más estrechos y con peor asfalto (como así se puede intuir de los comentarios ampliamente expuestos en esta LEYENDA), así como para ampliar nuestros fines sociales en busca de nuevas actividades y mejora de rentabilidades económicas.

Siempre tratando de encontrar en el Consejo el apoyo para lanzar cualquier idea o proyecto por unanimidad o cumplimiento a los acuerdos de Asamblea y sobre todo tratando de ensalzar ante los socios continuamente los valores de la Cooperativa, para poder afrontar en ella con la mayor tranquilidad y mejor forma los relevos generacionales.

Merece ser citado dentro de estos contextos las propuestas aprobadas para ofertar los CONTRATO DE ADHESIÓN, mediante el cual los hijos de los socios poden participar en los resultados económicos de la Cooperativa.

Y la propuesta de nominación de “HIJOS ADOPTIVOS”, proyecto que está en la puerta de salida para dar comienzo a su bonita andadura en la primera Asamblea General que celebremos.

Resto de Miembros del Consejo Rector

No cabe duda que cada uno de ellos han contribuido muy positivamente al gobierno, gestión y representación de la Cooperativa, movidos libremente por sus sentimientos y forma de ver las cosas.

Todos los cargos siempre han sido designados en asambleas generales, debiendo recaer en algún socio, salvo en alguna excepción, que se designaban vocales como consejeros independientes, en razón a su reconocida cualificación profesional y experiencia técnica relacionadas con la gestión de los fines sociales.

Todos los cargos podían ser reelegidos en mandatos sucesivos y no podían percibir remuneración alguna en ningún caso, salvo la compensación de los gastos que hubieran tenido en el ejercicio de su función.

Añadiremos como comentario final a este Capítulo, que el número de socios que han ejercido durante un tiempo funciones en alguno de los cargos anteriormente reseñados en la Cooperativa han sido un total de 25, mostrando todos una fidelidad inquebrantable a la función encomendada, honestidad como regla básica, salvo alguna mínima excepción, y anteponiendo los intereses generales de la Cooperativa a los suyos propios.