En estos momentos no son malas las perspectivas de la campaña, y nuestras cosechadoras han dado comienzo a los trabajos de siega.

Con ello venimos a poner fin a los quehaceres que a lo largo del año han realizado nuestros tractoristas preparando las tierras para su oxigenación, retirada de brozas, malas hiervas y eliminación de los problemáticos calaminos, con los aperos correspondientes (cultivadores, gradas, chisel, discos, etc.)

Los primeros trabajos de siembra se realizaron con las leguminosas, para continuar después con la siembra del cereal, previa extensión de abonos, pudiendo ser realizada la misma en adecuadas condiciones de humedad al haber llovido en días previos.

Todo ello ha venido a suponer un total de 5.256 horas de jornadas de trabajo y de 4.300 horas de funcionamiento de nuestros tractores.

Ahora toca esperar que con la paciencia que todo labrador ha de tener y a pesar de las políticas marcadas por los gobiernos de turno y desde Bruselas, que el grano llene nuestros silos con buen peso específico y que las reglas de comercialización que se desarrollen sean justas, compensatorias del esfuerzo y de los gastos realizados, así como dar satisfacción a las ilusiones marcadas.